Después de las múltiples reformas que ha sufrido este sector en nuestro país, sobretodo desde que el PP está en el gobierno, el Informe Pisa no es nada alentador con respecto a la situación en España. Advierte que "la actuación de España en Matemáticas, Lectura y Ciencias permanece anclada justo por debajo de la media de la OCDE.
La actual crisis y el gobierno del PP ofrecen una gran oportunidad a banqueros y empresarios, y no sólo les brindan un jugosa inversión, sino que proponen una contrarreforma institucional que garantiza su presencia y su capacidad de decisión en los cuerpos de gestión de la Universidad. Esta contrarreforma consiste en establecer un solo órgano decisorio, un Consejo de Universidad, compuesto por una mitad de personas procedentes del gobierno autonómico y de una parte de la sociedad civil, que se traduce por empresarios.
Tras más de dos años de gobierno del Partido Popular, la situación es más dramática que nunca. Reforma tras reforma, este gobierno ha conseguido destrozar lo poco que quedaba del modelo educativo vigente:
Reducción de becas y aumento de los requisitos para obtenerlas: Las últimas reformas han hecho que los requisitos para conseguir una beca universitaria sean cada vez más estrictos. Así pues, para conseguir la matrícula gratuita será necesario obtener un media de 6,5 en el primer curso y entre un 85- 100% de los créditos matriculados para las siguientes. Para las becas con un mayor importe económico, la nota mínima para obtenerlas asciende entre un 6 y un 6,5 dependiendo de la titulación. Además de todo esto, los umbrales de renta también han cambiado de forma que se divide en una parte fija y otra variable. La primera hace referencia a la renta baja, el cambio de residencia para realizar los estudios, la beca básica y la gratuidad de la matrícula. En cuanto a la parte variable dependerá de si hay presupuesto, de la nota y de la renta. Pero además, si esto no fuera suficiente, los universitarios con beca que no aprueben el 50% de los créditos tendrán que devolver el importe de la misma.
Aumento de tasas universitarias: España es uno de los diez países de la UE donde los precios de un curso universitario de grado oscilan entre los 2.000 y los 18.000 euros. En otros 11 países, los estudios cuestan entre unas decenas de euros hasta un máximo de mil; y sólo en 8, el acceso a los estudios de grado es gratuito. El precio por crédito de las segundas, terceras, cuartas y posteriores matrículas depende de cada comunidad autónoma, llegando incluso al 100. La subida de las tasas universitarias y las diferencias territoriales no son algo aislado, sino que forman parte de un proyecto educativo de largo alcance que acabará dejando sin futuro a varias generaciones.
Segregación por sexos: La ley establece que separar a niños y niñas “no es un acto de discriminación”. Este tipo de centros no tendrán que justificar de manera objetiva y razonada ese modelo educativo para optar al concierto y se permitirá que vuelvan a solicitarlo a aquellos centros que se les fue denegada en 2013 por educar de forma separada y recibirán ayudas del Estado. Es decir, fomentan la segregación de los alumnos, la separación de estos dependiendo del sexo, no de sus capacidades y/o habilidades académicas, sino por el hecho de ser hombre o mujer.
Directores según los resultados: esto hace referencia a que el director de los centros concertados (los cuales tienen financiación pública) será nombrado por el titular, pasando previamente por el Consejo Escolar del centro, que será adoptado por mayoría de los miembros "asistentes". La reelección de estos directores se hará en función de una evaluación en la que se tendrán en cuenta los resultados de las reválidas (nueva prueba introducida por el PP) entre otros factores. Además, los centros dispondrán de más autonomía para configurar una oferta formativa propia y para la gestión. Todo esto se traduce en que las asociaciones de Padres y Madres de Alumnos quedan como simples órganos consultivos sin capacidad resolutiva, es decir, se les priva de la capacidad de decisión que hasta ahora tenían sobre algunos temas.
Cambios en FP: En la FP superior, las Administraciones educativas podrán llevar a cabo procedimientos de admisión al centro siempre y cuando la demanda supera la oferta, de manera que aquellas titulaciones que tengan más demanda tendrán que pasar unas pruebas “extra” para acceder a ellas. También se prevé la creación de una Formación Profesional Básica que será obligatoria y sustituirá a los actuales Programas de Cualificación Profesional Inicial para alumnos de 15 años, y cuya duración será de dos años. La LOMCE para la Formación Profesional permitirá el acceso únicamente a los menores de 17 años. Desaparecen las segundas posibilidades para aquellos alumnos que suspenda la ESO o tenga 18 años o más porque desparecen los programas que permitían que estos alumnos se reengancharan a la FP.
Otra controvertida reforma es la relacionada con la asignatura de Religión. Hasta ahora esta asignatura se podía cursar durante el bachillerato pero la nota no hacía media con la nota global para el acceso a la universidad. Ahora bien, la asignatura de Religión y la alternativa a ésta (valores sociales y cívicos (primaria) y Valores sociales y éticos (secundaria) serán evaluables y la nota contará con la media del curso tanto para las pruebas de acceso a la universidad como obtener una beca. En bachillerato, la asignatura de Religión será optativa y no tendrá alternativa. Esto se traduce en una intrusión de la religión católica en una educación pública, cuando hay otras asignaturas que necesitan más apoyo escolar, es finalmente la religión en la que más hincapié han hecho.
Las reválidas: Al final de cada etapa, los alumnos tendrá que someterse a una prueba que los certifique como aptos para proseguir con sus estudios. Así, en Primaria se realizarán pruebas en tercero y sexto y el examen será competencia de las comunidades. Así puede pasar, que los requisitos para pasar de curso no sean iguales para aquellos alumnos que vivan en Madrid que para los que vivan en Galicia, con lo que ello conlleva. Sin embargo, en la ESO y el Bachillerato la evaluación será al final de cada etapa, y serán asunto del Ministerio de Educación los contenidos del examen para la obtención de los títulos.
Acceso a la universidad: 4 años ha durado la PAU. Desde que en el 2010 se implantara la nueva forma de acceso a la universidad por la cual la nota de acceso a la universidad se dividía, por una lado un 60% era la nota media obtenida en Bachiller , el 40% restante era la nota media obtenida en las pruebas de acceso de la Fase general, en la cual te examinabas de un idioma, lengua y literatura, una asignatura de modalidad (dependiendo del bachiller que cursaras) y una cuarta asignatura que se podía eligir entre Historia de la Filosofía o Historia de España. Con el cómputo total era la nota de acceso a la universidad. Pero además, había una 2ª fase llamada Fase Específica, en la cual te podías presentar a tantas asignaturas como quisieras pero sólo podrías utilizar las notas de ellas, siempre y cuando la nota fuera mayor de 5. Estas asignaturas de la Fase Específica eran ponderadas por las Universidades según la titulación así pues, se podía obtener hasta un máximo de 14 puntos para acceder a la universidad. Esto hizo que muchos alumnos tuvieran que elegir ya de antemano a qué universidades querían ir y qué titulación querían cursar puesto que las ponderaciones cambiaban de un sitio a otro. También se inflaron en demasía las notas y dificultaron el acceso a aquellas carreras que ya de por sí tenían notas elevadas de acceso. Con la LOMCE, lo que se pretende es que cada universidad ponga sus propios requisitos, así ya no habría una prueba general de acceso sino que cada uno pondría sus propias pruebas, lo que conllevará a que algunas universidades se colapsen de solicitudes mientras que otras no tendrán apenas demandas. Es decir, universidades de primera y de segunda.
¿Qué más pueden hacer? ¿A qué estamos esperando para cambiar esto? Está claro que no se van a parar ante nada ni ante nadie, estas reformas no son más que un preludio de las que vendrán y que nuestros derechos tenemos que conquistarlos otra vez. No se equivoquen, estas reformas no van a hacer que la situación mejore sino todo lo contrario se traducirá en una elitización y mercantilización de la educación.
¿Cuánto más hay que esperar?