Las y los jóvenes comunistas luchamos por una educación pública, laica y gratuita que nos asegure un trabajo el día del mañana. La educación cada vez es más costosa y las instituciones públicas de enseñanza cada vez están más deterioradas. Los recortes en becas nos dejan casi sin la posibilidad de acceder a una educación superior.

 

También luchamos por una sanidad gratuita que el sistema pretende privatizar. Defendemos la libre decisión de las mujeres a ser madres o no serlo, cuestión que el fundamentalismo religioso del Gobierno del Partido Popular quiere negar a golpe de Decreto.

 

No queremos vivir toda la vida con nuestros padres porque tenemos derecho a una vivienda digna. Luchamos para poder trabajar en nuestras ciudades y que no nos obliguen a emigrar al extranjero condenándonos al exilio.

 

Con una tasa de paro superior al 50%, las salidas laborales son cada vez más difíciles de encontrar. Nuestra única opción es el empleo precario que a veces ni llega al salario mínimo y nos ofrecen unos contratos en formación con unas condiciones lamentables e irrisorias, o unas prácticas en empresa no remuneradas, aprovechándose de la última reforma laboral aprobada por la derecha más rancia de este país.

 

Además, para amedrentarnos, nos quieren implantar una “Ley de Seguridad Ciudadana” con la que prentenden criminalizar el derecho a manifestarnos libremente y expresar nuestra opinión en las calles, reprimiéndola con condenas judiciales y una respuesta siempre violenta por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

 

Por todo esto, nosotras y nosotros creemos que la juventud debemos:

 

• Movilizarnos y luchar por nuestros derechos y libertades. Nuestro futuro está en juego, y si nosotras y nosotros no luchamos, NADIE nos va a regalar nada.

 

• Organizarnos en los centros de trabajo, de estudio, barrios, movimientos vecinales, etc.

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• Formarnos y ser críticos/as. Tenemos derecho a opinar y a que nadie piense por nosotras y nosotros.

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